Una tarde de invierno. El chocolate de taza es la mejor merienda para una tarde fría de invierno. Da igual si lo tomas en casa o en tu cafetería favorita y si lo acompañas con churros o prefieres tomarlo solo. Incluso los intolerantes a la lactosa pueden hacer su chocolate a la taza con leche sin lactosa o con bebidas vegetales, porque quedará perfecto también. Su sabor te traslada a la infancia y te levanta el ánimo y su temperatura te da ese calor que necesitas en el cuerpo. Un pequeño pecado dulce que merece la pena cometer de vez en cuando porque aporta muchas ventajas.
Al recogerse tras una noche de marcha. En muchos lugares es tradicional que en fin de año, al regresar a casa, se pare a desayunar un chocolate con churros. Pero, ¿por qué solo en fin de año? El chocolate es algo muy agradable tras una noche de baile y de risas con los amigos, reconforta y te prepara para domir fuera de horas además de estabilizar tu estómago, a veces algo revuelto por las copas y el movimiento. Además, es la excusa perfecta para alargar un poco más la noche y comentar con los amigos todas las anécdotas que habrán surgido y reírse recordando los mejores momentos de la velada.
Para desayuno de domingo. Los desayunos de domingo son especiales en muchas casas porque es el único día en el que todos los miembros de la familia pueden estar juntos en la mesa por la mañana. Además, hay tiempo para desayunar con calma, incluso si nos levantamos tarde, ya que no hay por qué comer temprano. Por eso, el chocolate puede ser un desayuno perfecto para esos domingos en los que queremos estar un poco más en la cama, disfrutando de nuestras tazas de chocolate caliente juntos, mientras charlamos y bromeamos. Una fantástica forma de comenzar el día.
Para tener una conversación pendiente. Hay conversaciones que aparcamos para tener en el momento adecuado, pero a veces ese momento adecuado tenemos que ser capaces de generarlo nosotros mismos. No siempre son temas peliagudos, a veces son temas muy agradables, como planificar unas vacaciones, pero por falta de tiempo no acabamos de reunirnos para hacerlo. Preparar un chocolate a la taza y sentarse en el sofá con tiempo, puede ser el inicio de esta conversación que teníamos pendiente.