Mi urbanización está maldita, al menos sus cerraduras. No hay ni una que funcione bien. En esta urbanización se puede entrar ahora por dos puertas. Cuando yo llegué a vivir aquí solo se podría entrar por una zona porque la otra todavía estaba en obras. Era la primera vez que vivía en un edificio con portero. Nunca me he acostumbrado a que un portero me abra la puerta, me siento un poco ridículo, pero eso es otra historia…
Cuando intenté abrir por primera vez la puerta de la urbanización no pude. Lo intenté varias veces hasta que el portero le dio al botón automático. Fue la primera de muchos intentos infructuosos. Una vez pasada la puerta exterior, debes abrir la del portal. Bueno, pues esta tampoco abría bien… Un desastre.
Y así ha sido durante unos años. Al principio pensé que era cosa mía, sobre todo cuando un albañil ruso me abrió la puerta de fuera (con mi llave) después de que me viera sufrir durante varios segundos enfrascado en el intento de abrir la puerta. Entonces me dije que debía ser yo, que era inútil.
Sea un inútil o no, que quizás sí, al final hubo que avisar a cerrajeros baratos madrid para que cambiaran la cerradura exterior. Un cambio que duró un par de meses, porque la cerradura volvió a estropearse. Me hace gracia llegar a veces a casa y encontrarme a una persona encorvada girando para un lado y para otro la llave, deseando que salga alguien para abrir la puerta. Y luego pasar esa primera barrera y que la misma persona vuelva a sufrir para entrar en el portal.
Lo último ha sido la desaparición de la cerradura: ha volado. En la puerta del portal ya no hace falta meter ninguna llave porque no tenemos ni cerradura. Algún sufridor demasiado nervioso se la ha debido cargar en un momento de calentón. Es normal, teniendo en cuenta las dificultades que existen para poder entrar en casa en este lugar. Ni en un banco te ponen tantas trabas. Así que de nuevo vendrán cerrajeros baratos madrid para intentar solventar el problema…