Somos muchos los que disfrutamos del agradable sabor del arroz con leche y nos encanta prepararlo en casa, pero cuando vivimos solos o somos la única persona de la familia que disfruta de este plato ¿cómo atinar con las cantidades? Realmente es complicado hacer muy poco arroz con leche y la mayoría de las veces acabamos con cantidad suficiente para cuatro o cinco personas.
Dado que se trata de un postre rico en calorías y en azúcares no es algo como para consumir a diario, al menos no para quienes necesitan cuidar su línea o sus niveles de azúcar, así que la solución está en recurrir a los vasitos de arroz con leche que se venden en las tiendas.
Si se elige bien la marca, el sabor de este postre es absolutamente casero y supone un placer poder saborearlo de vez en cuando. Dado que suelen venir de dos en dos, no nos quedará más remedio que repetir postre dos días, pero es un sacrificio plenamente asumible.
Por supuesto, no hay por qué renunciar al sabor del arroz con leche casero para consumir de vez en cuando, quizás aprovechando cuando haya invitados en casa o cuando se acuda como invitado a otro lugar, llevando nosotros un postre que gusta a casi todo el mundo y que resultan muy sencillo de hacer.
Por cierto, existen muchas variedades de arroz con leche dependiendo de la zona en la que se prepare. En algunos puntos de España se disfruta de un arroz espeso, que parece una crema pastelera por su textura. En otros lugares se prefiere el arroz mucho más suelto.
También varían los sabores de fondo, que pueden ir desde el punto fuerte de limón, hasta el dulzor de la naranja, pasando por un puntito de anís muy personal y delicioso. Lo que no suele faltar nunca es la nota de canela para acompañar.
Otro toque que varía según quién las prepare es el quemado de la superficie. Esto es algo que a muchas personas le encanta y que se consigue con un poco de azúcar y un hierro de cocina calentado al rojo.
Las tarrinas compradas también pueden personalizarse ligeramente añadiendo canela o incluso unas gotitas de tu licor favorito para darle un poco de sabor casero y conseguir que se parezcan, dentro de lo posible, a ese arroz con leche que haces tú.