Recuerdo la primera vez que pisé un taller de reparación de maquinaria para viñedos en Ribadumia. El aire olía a aceite, a tierra y a ese dulzón aroma a uva que impregna el aire de O Salnés. Yo venía de otro sector, pero la oportunidad de trabajar con herramientas grandes y complejas, y de paso, …