Los vestidos de ceremonias para niñas no son baratos y por eso queremos aprovecharlos al máximo. Los niños crecen muy rápido y un vestido que se compra un año no va a servir para el año siguiente, por lo que si hay varios eventos en un mismo verano, lo normal es tratar de reciclar el traje. Para esto, hay diferentes trucos que ayudan a conseguir que la ropa se vea totalmente diferente.

Uno de los trucos es comprar lazadas ceremonia para niñas que pueden ir a juego en el vestido y en el pelo. Estos lazos de gran tamaño y de colores de moda hacen que el vestido se vea totalmente distinto a cuando no tenía lazo o contaba con un cinturón distinto. Además, se trata de un truco que sale muy bien porque aunque el vestido no sirva para otro año, la lazada si se puede reutilizar en otras prendas, obteniendo el mejor partido.

Otra manera de transformar un vestido de ceremonias es mediante el tinte. Esto es mejor que lo haga un profesional pero si el vestido es blanco, las posibilidades de éxito son muy altas. Se puede teñir en un color alegre y veraniego que no reste elegancia y que haga que el vestido, acompañado de complementos diferentes, parezca otro.

Los complementos son también clave para que el vestido no se vea repetido. Cuando se le añaden al vestido de niña zapatos y chaqueta distintos, se le estará cambiando bastante la cara. Incluso es posible que un vestido de ceremonia al que se le quita el cinturón u otros adornos prescindibles simplificándolo al máximo y combinándolo con una chaquetita de punto y unos zapatitos, pueda ser un vestido de domingo ideal para dar un paseo un día que se quiere ir un poco más elegante, como por ejemplo con ocasión de las fiestas patronales.

Por supuesto, siempre nos queda el socorrido truco de ir a una costurera con muy buena mano que con un par de cortes y unas puntadas nos cambie totalmente el vestido. Por ejemplo, haciendo que un vestido de corte imperio tenga, por la magia de las tijeras, corte a la cintura. O añadiendo algún tipo de puntilla o de manga. Estos cambios harán que la niña se vea igual de guapa pero como si estrenara un vestido totalmente diferente en cada ocasión que se presente.