El propio nombre es feo y suena desagradable: verruga. Lo asociamos a la nariz de las brujas de los cuentos pero en la vida real, hasta las princesas pueden tenerlas. Las verrugas pueden extirparse acudiendo a un especialista dermatologia medica quirurgica. En algunos casos ni siquiera es necesario el uso de un bisturí, se pueden quemar con frío para que caigan. Aunque en algunos casos pueden volver a aparecer, lo normal es que acaben yéndose para siempre.
Pero, ¿es necesario extirpar las verrugas? Solo es necesario hacerlo si el dermatólogo ve algo que no le gusta en ellas y prefiere quitarla para analizarla. En el resto de los casos es opcional, aunque resulta muy recomendable hacerlo en el caso de que estén en una zona en la que son molestas o pueden engancharse con la ropa y sangrar a menudo. Al quitarlas, evitamos así problemas futuros y ganamos en calidad.
La mayoría de las verrugas que se extirpan es tan solo por motivos estéticos. Sobre todo cuando las tenemos en la cara o en el cuello. Las de las manos también suelen extirparse porque son molestas a la hora de trabajar y realizar todo tipo de actividades y en muchos casos porque se ven y no nos gustan. Pero hay que evitar trucos como los de atar un pelo o aplicar productos caseros. Lo mejor es que sea el médico el que nos diga como actuar, evitando así infecciones o cicatrices.
Existe un tipo de verrugas de las que no se habla mucho, las verrugas genitales. Estas están causadas, en la mayoría de casos, por el virus del papiloma humano. Son contagiosas y tienen una serie de características que las hacen diferentes al resto. Es necesario tratarlas y en muchos casos tienen que extirparse para evitar complicaciones, pues pueden crecer mucho. El dermatólogo es también el encargado de tratar esta zona, no debemos de olvidar que es el médico que también se ocupa de las enfermedades venéreas.
La zona genital es especialmente sensible por lo que no hay que aplicar ningún tipo de producto por nuestra cuenta para acabar con las verrugas. Seguramente, lo que logremos es que la piel se irrite, se ponga más sensible y se hagan heridas. Al final, podemos acabar con más problemas de los que teníamos inicialmente y la piel en estas condiciones es, además, más susceptible de contagiarse y generar nuevas verrugas.