Hace como unos veinte años fui por primera vez al país vasco de vacaciones, ya que tenía un amigo de mi pandilla que vivía allí con su novia y fui a hacerles una visita durante una semana. Ese fue mi primer viaje en solitario, ya que iba a encontrarme con mis amigos. Me pareció un viaje bastante largo desde la ciudad en la que yo vivo hasta Bilbao en tren, creo que había salido a las ocho de la mañana y el tren no llegó a Bilbao hasta las seis o siete de la tarde. Cuando llegué a la estación mi amigo ya me estaba esperando en el andén y se alegró mucho al verme ya que era el primero de nuestra pandilla en ir a verles a Bilbao. Al salir de la estación me di cuenta de que no había venido a buscarme en su coche y que íbamos a ir andando hasta su casa, que por fortuna no estaba demasiado lejos. Pero ese día estaba estrenando unas zapatillas deportivas que me estaban rozando el talón y no podía andar demasiado tiempo. Uno de los días que estuve allí mi amigo insistió en llevarme a San sebastián, nos dirigimos a uno de los parkings en Bilbao centro en el que mi amigo guardaba su coche y nos dirigimos hasta San Sebastián que he de decir que me gustó mucho, pero como en Bilbao estaba lloviendo se nos olvidó llevar los bañadores y las toallas porque en San Sebastián hacía muy buen tiempo y la gente estaba disfrutando de las playas. He de decir que me pareció una ciudad muy bonita aunque no tuvimos tiempo a ver demasiadas cosas. En Bilbao también me llevó de visita a muchos sitios, y mi amigo no vivía demasiado lejos del museo Guggenheim por lo que lo teníamos bastante a mano.
El viaje de vuelta no lo hice en tren porque el viaje se me había hecho demasiado largo y preferí probar en autobús, que el trayecto era nocturno y cuando me desperté el autobús ya estaba llegando a mi ciudad, ya le faltaba muy poco para llegar.