Uno no nace aprendido y es a fuerza de equivocarse como se aprende. Cuando yo tuve mi primera mascota cometí una serie de errores de los que me he arrepentido muchas veces y por eso lo suelo comentar a otras personas que deciden llevarse un animal a casa. Fue una etapa un poco difícil en la que una amiga me recomendó llevarme un gato a casa. Conocía a una señora que tenía muchos gatos así que me trajo uno.
A mí siempre me habían gustado mucho los gatos y cuando era pequeño estuve a punto de tener uno, pero al final mi madre se arrepintió y cancelamos el plan a última hora. Ahora lo entiendo porque tener un animal en casa es un engorro para muchas cosas y mi madre ya tenía suficiente con tres trastos en casa.
Ya bastante más mayor llegó el momento de tener un gato en casa y pronto le cogí mucho cariño. MI amiga me recomendó que la esterilizara porque se trataba de una gata y es la costumbre, pero yo lo fui dejando y al final no lo hice. También me habló de un seguro adeslas mascotas con el que ella estaba muy contenta porque había tenido un perro con algunos problemillas de salud y le había venido muy bien.
Y es que tener una mascota supone un considerable gasto de dinero. Todos lo sabemos una vez que lo tenemos, pero por mucho que nos lo digan, al principio pensamos que no es para tanto. Como bien es sabido, tener un animal conlleva una responsabilidad. Hay que cuidarlo y velar por su salud. Y la salud, tanto de los animales como de las personas, no es precisamente algo barato. Puedes tener suerte con tu mascota y que apenas tengan problemas, pero siempre tendrás que pasarte periódicamente por el veterinario.
Y si te pasa como a mí que la gata tiene problemas de salud, prepárate para gastar. Por eso eché de menos no haber hecho caso a mi amiga tanto con lo del seguro adeslas mascotas como la esterilización. Así que mi recomendación para todos los que tienen una mascota por vez primera es que no traten de ahorrar sin aplicar el sentido común.