Seguro que más de una vez has escuchado a alguien decir que tiene malas digestiones de manera habitual y explicarlo como si fuera algo normal que hay que asumir, como la llegada de las canas con la edad. Incluso es posible que sea tu caso y que al ir al médico no le haya dado demasiada importancia y lo haya atribuido a factores como el estrés o la falta de ejercicio. Pero lo cierto es que no es normal tener malas digestiones y que estas son un síntoma de que algo no va bien en el organismo.
Las malas digestiones de forma continuada pueden ser un síntoma de que algo está mal en el estómago y lo ideal sería poder ver a un especialista en el sistema digestivo. Lo normal es que antes de pensar en algo muy grave, como un cancer estomacal, se descarten otras pequeñas cosas como problemas de flora bacteriana o intolerancias alimentarias.
En la gran mayoría de los casos estas van a ser las causas de las malas digestiones y unas pruebas sencillas y poco costosas determinarán si el factor detrás de los problemas digestivos puede ser una intolerancia, la enfermedad celíaca etc.
En algunos casos, el médico puede sospechar de cáncer estomacal o de la presencia de úlceras por las características de los dolores y molestias expresados por la persona enferma o por sus antecedentes médicos. Si esto es así, lo habitual es que solicite una endoscopia gástrica. Esta prueba consiste en la introducción vía oral de un fino tubo con una cámara en el extremo. Gracias a esta se puede observar todo el tubo digestivo.
Durante la endoscopia el médico puede ver si el paciente tiene o no úlceras o si presenta algunas irregularidades en las paredes gástricas como puede ser el engrosamiento de las mismas. Incluso puede extraer muestras de tejidos para analizar. Fruto de las observaciones y del análisis de las muestras, las biopsias, se puede determinar si existe un cáncer en el estómago.
Mediante esta prueba se puede, en algunos casos, observar también en los tejidos alrededor de la zona que presenta un aspecto anormal o los ganglios para conocer el alcance del problema. Aunque no es una prueba dolorosa algunas personas sienten que resulta muy incómoda, por lo que lo más habitual es que se realice sedando previamente al paciente para que no sufra molestias.