Las milhojas de nata son un postre delicioso y que gusta prácticamente a todo el mundo. Normalmente, se compran en la pastelería, pero no es necesario ya que resultan muy fáciles de hacer en casa. En cuestión de muy poco tiempo se pueden tener unas milhojas caseras deliciosas y fáciles de hacer.
Para eso, vas a necesitar nata pasteurizada para montar, hojaldre y azúcar glass. El hojaldre y el azúcar glass pueden hacerse fácilmente en casa o pueden comprarse ya preparados. Si optas por esta última opción, la preparación de las milhojas será todavía más rápida y fácil.
El primer paso consiste en hornear la plancha de hojaldre. Un truco que puedes realizar es cortar previamente el hojaldre con la forma de las milhojas. Así, no se deshará tanto como si lo cortas una vez que ya está cocinado. En las pastelerías, las milhojas se hacen con grandes planchas de hojaldre y, una vez que tienen una gran milhoja montada, la cortan con afiladas cuchillas. Pero como en casa no vamos a disponer de ese material, lo mejor es cortar previamente.
Coloca en la bandeja del horno papel de hornear y sobre el mismo los cuadraditos de hojaldre para las milhojas. Cuando estén listos sácalos del horno y déjalos que enfríen a temperatura ambiente. No deben de estar calientes cuando se les ponga la nata.
Mientras, puedes ir montando la nata. Recuerda que para que monte bien tiene que estar muy fría y se recomienda que incluso se meta en la nevera el cuenco que se va a usar para montar la nata y las varillas. Dale la consistencia deseada.
Puedes meter la nata montada en una manga pastelera para manejarla mejor. Reserva la mitad de los cuadrados de hojaldre para que sean las tapas y pon una capa de nata encima del resto. Puedes darles el grosor que quieras, pero recuerda que, al contrario de lo que sucede con el merengue, la nata es muy empalagosa y con dos dedos de espesor suele ser más que suficiente.
Coloca la tapa sobre la milhoja y presiona solo un poco para que se quede pegada a la nata. Cuando las tengas todas listas espolvorea sobre ellas azúcar glass usando un colador o un tamizador. Mételas en la nevera hasta el momento en que quieras servirlas. Verás que deliciosas están y qué éxito tienen entre tus invitados.