Los gatos que no salen de casa están muy seguros y a salvo de enfermedades o de peligros como los coches o las peleas con otros animales. Sin embargo, también tienen un entorno que a menudo no les ofrece todos los estímulos que necesitan para desarrollar sus instintos. A los gatos les gusta cazar, jugar con la hierba o corretear agazapados mientras vigilan su entorno. Darles al menos parte de eso en el hogar hará que estén más contentos.

Pero muchos gatos con el calor del hogar duermen demasiado, engordan y, en definitiva, se aburren. Puedes estimularlos a jugar con semillas estimulantes mental para tu gato. Para esto solo necesitas tener unos maceteros adecuados, comprar las semillas y plantarlas. Los gatos estarán encantados cuando empiecen a brotar porque querrán comer los brotes tiernos, olerlos y refregarse con ellos. Y esto les hará estar activos, pero a la vez relajados y felices.

Aprovecha y busca unos maceteros que no sean demasiado altos pero sí que permitan que el gato se pueda esconder detrás y haz con ellos una pequeña fila en un rincón de la casa. Además de adornar, el gato podrá agazaparse detrás cuando nazcan las plantas, lo que hará que disfrute espiando a la gente y a otros animales con los que convive.

Los saquitos y las cuevas para gatos son también muy adecuadas para que el animal pueda esconderse y sentirse todo un cazador en las sombras. Pero también dormir a solas cuando no quiere que nadie le moleste. Solo tienes que situarlas en zonas tranquilas donde nadie moleste al gato mientras descansa.

No olvides que tú puedes formar parte de los juegos con tu gato. Cada animal es diferente y reacciona de manera distinta a los instintos. Pero a la mayoría de los gatos les vuelve locos jugar con plumeros especiales para ellos. También les gusta que les tiren pequeñas pelotas de espuma, que no hacen daño y que pueden enganchar con las uñas. Te vas a sorprender de lo buenos que son como porteros y de cuánto disfrutan jugando contigo.

Los láseres son también muy buenos juguetes, pero hay que tener cuidado porque mientras que hay gatos para los cuales el láser es una forma de quemar energía y relajarlos, para otros es todo lo contrario ya que al no poder jamás cazar la luz, les supone frustración y estrés.