El mundo del cine ha cambiado enormemente en las últimas décadas. Las escuelas de formación artística también se han transformado, adaptándose a una industria en pleno auge. Con la revolución tecnológica los puestos en los diferentes departamentos se han multiplicado y las especializaciones han aumentado. No obstante, la cualificación profesional continúa siendo un requisito indispensable para acceder a los puestos de trabajo que ofrece el amplio mundo cinematográfico. Una forma sencilla y rápida de entrar a la industria es titularse como Diplomado en cine con una formación de tan solo dos años como la impartida en el Centro Universitario de Artes TAI de Madrid, basada en un sistema de rotación de puestos que permite experimentar los distintos oficios a nivel técnico y artístico. Además, este centro ofrece a los alumnos la posibilidad de cursar un Master en un tercer año para así alcanzar no solo una cualificación profesional, sino también el más alto nivel de especialización.
Según datos del Instituto de Cinematografía y Artes Audiovisuales (ICAA), en 2018 se han producido en España 235 películas, incluyendo documentales y largometrajes. Un total de 97,7 millones de espectadores visitaron las salas de cine en nuestro país, con una recaudación total de 585,7 millones de euros. El estudio también apunta a una progresiva internacionalización del mercado, con unas prometedoras expectativas hacia el sector exterior para el audiovisual. Los dos mayores operadores del mercado audiovisual español —Atresmedia y Mediaset— tienen en su capital a compañías alemanas e italianas, al igual que Prisa ha pasado el control de su producción de contenidos temáticos para TV a compañías transnacionales norteamericanas. Esta tendencia hacia la internacionalización ha impulsado la producción audiovisual española hacia un crecimiento lento, pero estable. De hecho, sorprendentemente, la recaudación del cine español es más alta fuera de España que dentro, según datos de la Federación de Productores Audiovisuales (FAPAE).
Todo ello es indicio de que este es un gran momento para estudiar cine, tanto por el contexto nacional e internacional de la industria, como por las múltiples posibilidades de las que hoy disponen los apasionados por el séptimo arte. Para quienes elijan la modalidad de la Diplomatura las ventajas son múltiples: se obtiene una cualificación profesional en un breve periodo de tiempo, se experimentan las diferentes tareas y responsabilidades de todos los departamentos implicados en una producción cinematográfica, y se alcanza la experiencia necesaria para saber en qué especializarse (guion, dirección de cine y/o fotografía, producción, dirección artística, montaje y postproducción, showrunner o distribución).