Alimentación

Quitar el biberón a un niño 

Cuando se termina una cosa, empieza otra. Tener un niño supone estar siempre alerta y cumpliendo objetivos. El otro día mi mujer me comentó que había que ir quitándole el biberón… con lo que feliz que es el chaval tomando la leche en el biberón. Pero es cierto que se recomienda no extender demasiado su uso por diferentes razones. 

Una de ellas es, por ejemplo, por la salud dental ya que con el biberón en la boca durante largo rato pueden aparecer caries. Pero además es evidente que debe acostumbrarse a beber los líquidos en vasos, como los adultos. Ya bebe agua en vaso pero lo de la leche es para él, al menos de momento, toda una liturgia. 

Y es que es gran fan de los lacteos y sus derivados. A la mayoría de niños les encanta la leche y los yogures pero lo de este niño es muy fuerte. Valga de ejemplo lo que nos está pasando esta semana. Mi mujer y yo nos solemos turnar para ir comprar al supermercado pero esta semana yo no he podido por múltiples contratiempos. Así que tenemos la nevera fundida: parece la típica nevera de un policía de una película que solo tiene un cartón de leche… y podre. Bueno, tampoco llegamos a ese extremo pero solo nos queda un yogur. ¡Alerta máxima!

Creo que en más de un año no ha pasado un solo día en el que nuestro hijo no haya comido un yogur, al menos uno. Lo normal si no va a la guardería es que como dos: uno para comer y otra para cenar. Pues hoy nos queda un yogur de plátano… que además no es el que más le gusta. Mi mujer dice que el niño debe aguantarse, y si no hay, no hay. Pero es ella la que luego más lo sufre porque se encarga de darle de comer. Y no sé lo que puede pasar sin sus amados lácteos y sus derivados. Supongo que el fin de semana podremos ir a comprar porque nuestra nevera (y nuestro estómago) no aguantará varios días más de escasez. Y traeremos al chaval su yogur y su leche.