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LLEGA EL TOUR

Ya queda muy poco para que dé comienzo la carrera del verano, o lo que es lo mismo el tour de Francia que personalmente llevo viendo durante muchos años. Me encanta ver las etapas que terminan en alto, porque son las que normalmente tienen algo de emoción. Porque las etapas en llano no es que sean demasiado emocionantes. Además, ¿nunca os habéis fijado en que casi todo el público que va a presenciar la etapa en directo casi siempre está colocado en el ascenso de alguna montaña? Yo sí que me he fijado en ello y las etapas de montaña tienen que ser una fiesta en las horas previas a que la carrera pase por ese lugar. La gente debe de tomárselo como un día de picnic con sus caravanas que se ven aparcadas a los lados de las carreteras. Otra cosa que me gusta de las llegadas en alto es que siempre las llegadas están muy decoradas con las banderolas publicitarias de los que normalmente patrocinan la carrera. Aunque he de decir que desde que se retiró Alberto Contador el ciclismo ha perdido bastante de su encanto, porque hoy en día no hay un español jefe de filas en su equipo y los españoles buenos los fichan otros equipos para ejercer de gregarios. Los gregarios son los que ayudan a los jefes de filas a ir al ritmo que ellos necesitan para lograr sus objetivos, y llevan a su jefe de filas a rueda hasta que ya no les quedan fuerzas. Es un papel fundamental en el equipo pero un tanto exigente porque el mérito siempre se lo llevan los que ganan las carreras que son los jefes de filas.

Me encantaba ver el Tour de Francia cuando Miguel Indurain ganaba las carreras con una facilidad pasmosa, y podías ver la diferencia de calidad entre el español y el resto de participantes. Sin ir más lejos el otro día estuve viendo unos vídeos en el youtube sobre los cinco tours de Indurain y la superioridad con que ganaba las carreras era algo insultante para los otros participantes de la carrera.