Alimentación

¿Cuántos productos se derivan directamente de la leche?

Existen una gran variedad de productos de la leche que se producen directamente de la leche y que se comercializan en nuestro país. Base de nuestra alimentación, la leche nos ayuda a conseguir, entre otras cosas, los siguientes derivados:

-La nata. La nata es la parte más grasa de la leche. Es la capa que se acumula sobre la leche en reposo y se utiliza para todo tipo de preparaciones culinarias, tanto dulces como salsas para las comidas.

-La mantequilla. Un producto básico en nuestras cocinas, la mantequilla se realiza batiendo la nata de la leche hasta que esta adquiere una textura más espesa, de pomada. La mantequilla suele solidificarse y se suele comprar en bloques, ya sea natural, salada o incluso dulce.

-La cuajada. Se trata de leche coagulada con cuajo. Tiene una gran acidez por lo que suele consumirse con miel o con azúcar para darle mejor sabor.

-El yogurt. El yogur se produce por la fermentación de bacterias en la leche. Es un postre muy popular, que además contiene muchas de esas bacterias que son básicas para la formación de la flora intestinal, por lo que es uno de los alimentos probióticos más efectivos.

-El queso. Consiste en añadir a la leche cuajo para conseguir un proceso de fermentado y curación que da lugar a este popular producto, consumido en todo el mundo y del que hay una gran cantidad de variedades.

-El Kéfir. Es un producto originario de El Cáucaso y que surge de fermentar la leche con unos hongos específicos que consiguen un producto similar al yogur, aunque con una mayor acidez.

-Leche condensada y dulce de leche. La leche condensada se realiza con leche parcialmente deshidratada y una gran cantidad de azúcar. El dulce de leche deriva de la leche condensada, cociendo esta hasta conseguir ese particular tono. Con frecuencia se venden enlatada, lo que hace que tenga una fecha de consumo larga.

Aunque actualmente compramos casi todos estos derivados en las tiendas, hasta hace muy poco era común hacer todo esto en el hogar. La elaboración actual garantiza que la leche está totalmente esterilizada y previene que enfermedades como la tuberculosis puedan pasar a las personas por tomar leche contaminada. Con el sabor de lo clásico, pero mucho más seguros, los lácteos siguen siendo parte de la alimentación de la mayoría de las personas de cualquier edad.