Parkings

Errores que deben evitarse al hacer turismo en Alicante

Con su pasado medieval, uno de los climas más representativos del mediterráneo y otros reclamos de interés turístico, Alicante se ha convertido en un destino preferencial para los viajeros nacionales y foráneos. Sin embargo, esta ciudad no está exenta de complicaciones para quienes la visitan por primera vez.

Aunque el transporte público es diverso y eficiente en la provincia valenciana, una parte de los turistas optan por desplazarse en coche propio o de alquiler. Sin embargo, la mayoría de ellos olvida reservar parking Alicante con antelación. Esta medida les permitiría encontrar, pagar y utilizar sin esperas su plaza de aparcamiento, reduciendo las pérdidas de tiempo.

Considerar que todos los aparcamientos en Alicante son idénticos es otro error común. Desde que el Ayuntamiento estableció su Servicio de Estacionamiento Regulado (ORA), las plazas se dividen por colores, destacando las de Zona Azul y Zona Naranja. Mientras que las primeras pueden ser ocupadas por cualquier conductor por un importe y un periodo de tiempo determinado, las segundas son exclusivas de los conductores residentes, si bien pueden ser utilizadas por visitantes bajo ciertas condiciones.

Juntamente con el aparcamiento, los viajeros deben reservar su alojamiento con una antelación de varias semanas o meses, dependiendo de la época del año. Subestimar esta precaución puede generar conflictos inesperados en Alicante.

También es aconsejable que el público turista se informe de los mejores barrios y zonas para degustar la gastronomía local. Son representativos los restaurantes y bares de Urbanova, El Campello o Sant Joan d’Alacant. A diferencia de la comida, los souvenirs son un recuerdo tangible que puede acompañar al visitante en su regreso a casa. Si el tiempo apremia y sólo puede explorarse una zona, es recomendable ir de compras por la avenida de Maisonnave.

Probablemente, elegir una fecha equivocada para viajar es el error más extendido entre quienes visitan Alicante. En líneas generales, los meses de junio, julio, agosto y septiembre son los mejores para vivir esta experiencia.