Cuando se piensa en hacer dieta algunas personas descartan o limitan algunos alimentos sin pararse a pensarlo dos veces. Uno de ellos es la leche. Se pasan automáticamente a la leche desnatada y solo un poco en el café porque “todos sabemos que la leche tiene grasa y engorda”. ¿En serio lo sabemos? ¿Hemos mirado bien las etiquetas? Porque si es así sabremos que incluso la leche entera tiene porcentajes de grasa más bien bajos y que marcas como central asturiana ofrecen algunas variedades 0% materia grasa.

Sabiendo esto… ¿qué argumentos se pueden dar para decir que la leche engorda? ¿Quizás su valor calórico? Hacer una dieta pensando en el valor calórico de cada alimento que tomamos es algo trasnochado. De cualquier forma 250 ml de leche 0% tiene tan solo 80 calorías. Curiosamente, 250 gramos de manzanas tienen más o menos 130 calorías y no he escuchado a nadie decir que las manzanas engorden.

Un cuarto de litro de leche por menos calorías que muchos snacks dietéticos que se presentan como saludables y perfectamente válidos para tomar entre horas. Teniendo en cuenta que en un café con leche grande vas a poner como mucho 100 ml de leche ¿qué es realmente más saludable? Por el mismo valor del snack te tomas dos tazas grandes de café con leche, o de descafeinado y aun ahorras calorías.

Y esto por no hablar de que la leche tiene una gran capacidad saciante. Tomarse una taza de leche con lo que sea a la merienda calma el hambre mucho más que tomarse otras cosas y ya ves que no supone un coste para la dieta. Y esto por no hablar de que con la leche puedes preparar muchos postres fantásticos sin tener que aumentarle prácticamente calorías.

Un buen ejemplo son gelatinas de leche con aromas. Solo necesitas leche, un aroma de vainilla de calidad y gelatina neutra para hacer una crema de leche sabor vainilla deliciosa, muy saciante y con muchas menos calorías que cualquier postre lácteo por el estilo que puedas encontrar en las estanterías del supermercado.

¿Te gusta tomarte un vaso de leche caliente antes de dormir? Pues hazlo incluso si estás a dieta, porque eso no va a entorpecer tu pérdida de peso, al contrario, puede evitar ataques de hambre que acaben contigo en pie a las cuatro de la mañana comiendo lo primero que encuentras en la alacena.