Si estás pensando en comprar un coche lo primero que necesitas saber es el uso que le vas a dar a ese vehículo. No es lo mismo que sea el único coche de la casa, en el que toda la familia se va a desplazar si hay que viajar o que sea un segundo vehículo para ir a trabajar o para hacer recados. También hay que tener en cuenta el número de personas que viajarán normalmente en el coche.

Si se trata de un vehículo para ir a trabajar una o dos personas como máximo un pequeño opel de segunda mano puede ser suficiente, igual que si se trata de llevar a los niños al cole o hacer recados. Pero en caso de tener que viajar toda la familia será mejor optar por un monovolumen o un coche con más espacio. También dependerá del número de miembros de la familia para escoger un vehículo de cuatro, de cinco o de siete plazas completas.

También hay que tener en cuenta la potencia del motor. Un coche para desplazarse por ciudad puede tener un motor pequeño, ya que no va a necesitar demasiada potencia, pero si se van a realizar viajes más grandes hay que escoger más potencia para que se pueda viajar con seguridad. Si se van a hacer muchos kilómetros con el vehículo hay que barajar la posibilidad de adquirir un híbrido para ahorrar en combustible.

Sobre si se debe de comprar un coche nuevo o de segunda mano, todo depende de las circunstancias. Si se necesita un vehículo muy concreto con unas condiciones muy delimitadas es posible que haga falta que sea un coche nuevo, pero en caso de que podamos adaptarnos a varias opciones y además no tengamos excesiva prisa, el mercado de segunda mano nos ofrece muchísimas posibilidades y nos permite ahorrar mucho dinero sin renunciar a la seguridad.

Al comprar un coche de segunda mano en un concesionario nos aseguramos la garantía legal y podremos reclamar fácilmente si algo no está como debería o si el coche presenta problemas, algo que nos resultará más complicado al comprar a un particular, por lo que esta opción es la menos aconsejable. Pero en un caso o en otro, recuerda que siempre puedes comprobar el estado del coche con un mecánico de confianza antes de dar la última palabra sobre su compra.