Reformas

La odisea de comprar un piso

La gente que me conoce siempre me ha dicho que me interesan demasiadas cosas, más de una vez he escuchado esa famosa frase que dice ‘el que mucho abarca, poco aprieta’. Pues no, no he apretado mucho en mi vida. Pero no lo puedo evitar, hay demasiadas cosas que me gustan y no quiero abandonarlas.

Y luego están las cosas que no me interesan nada de nada y de las que nunca he querido saber ni una palabra. Pero al final la vida ‘te obliga’ a meterte en temas que no soportas. Yo no soporto nada que esté relacionado con comprar un piso. No me interesa ese mundo, no quiero saber nada de hipotecas ni del IBI… pero llega un momento en la vida en la que escuchas esa frase: ‘¿Y si compramos un piso?’ Y claro, hay que hacerse un experto en el tema, porque con lo que cuesta un piso, como para tomárselo a ligera.

Así que me he tenido que familiarizar con toda esa terminología inmobiliaria: memorias de calidades, VPO, promotores, empresa de rehabilitacion, etc. Aunque odie todo este mundillo inmobiliario me tengo que hacer un experto, no quiero que me den gato por liebre porque conozco algunos casos flagrantes que me hacen temblar: lo de perder buena parte del dinero que tienes ahorrado no le hace gracia a nadie.

Y luego están los agentes inmobiliarios. Ahora que no nos escuchan puedo decir que encarnan un perfil con el que no puedo. El agente inmobiliario y el publicista son, tal vez, los profesionales que más rechazo me producen. Pero en fin, al final tienes que tener la mente abierta, ¿no?

Y luego está elegir qué tipo de casa quieres (o se puede) comprar. Hemos estado pensando seriamente en la posibilidad de comprar vivienda para reformar. Nadie quiere comprar para meterse en una reforma, pero económicamente puede ser una opción más rentable. En este caso, necesitaremos una empresa de rehabilitación, otro sector dentro del mundo inmobiliario que desconozco por completo.

Así es que, al final, la vida le obliga a uno a dejar a un lado algunas de esas cosas que nos gustan para dedicarnos a algunas de las que no nos gustan nada. Y es que el día solo tienen 24 horas y no hay tiempo para todo.