Con la llegada de la primavera se abre la temporada de senderos en nuestra familia. Por supuesto que cualquier época del año es buena para hacer rutas, pero las lluvias de otoño y el frío de invierno complica un poco más las cosas, sobre todo cuando te llevas a los niños. Y es que nosotros siempre intentamos ir todos juntos cuando salimos a recorrer la naturaleza.

Desde pequeños los acostumbramos a venir con nosotros, incluso en el propio carrito o en porteo, siempre en rutas adaptadas a las circunstancias, claro. Y ahora que ya se van haciendo un poco más mayorcitos lo empiezan a disfrutar de verdad. Y para nosotros también es un poco más cómodo porque ya no tenemos que estar tan pendiente de ellos. 

Uno de los próximos itinerarios que vamos a repetir es la ruta del agua vigo. De hecho, tenemos una costumbre que es iniciar la temporada de senderos con parte de este itinerario. Porque hacer toda la ruta completa no está nuestro alcance ya que son casi 50 kilómetros con un importante desnivel. Vamos, que, aunque no llevásemos niños, probablemente tampoco querríamos completarla entera. Sí que es cierto que yo la hice completa hace bastantes años con unos amigos y también en bici. Pero, ahora, nos conformamos con un tramo, aquel que discurre por la parte más boscosa, entre árboles y canales, que para eso es la ruta del agua Vigo.

Aunque somos una familia bastante activa, tampoco tenemos ‘prohibido’ ir a un centro comercial o cosas de ese tipo. No es que obliguemos a los niños a hacer deporte constantemente pero sí tenemos claro que la actividad física desde bien pequeños es un hábito saludable y que, además, abre muchas puertas porque una persona aficionada al deporte siempre tendrá más opciones para disfrutar de su ocio.

Además, a nivel personal, no se me ocurre mejor plan que pasar un sábado recorriendo una senda con la familia: disfrutas de ella, disfrutas de la naturaleza, respiras aire fresco y encuentras un poco de relajación para volver a afrontar la semana con las pilas cargadas.